Por Juliana Valencia
Donald John Trump, uno de los empresarios más importantes del país norteamericano, es hoy quien precede al que por 8 años fue el jefe de estado de la potencia e inquilino de la casa blanca Barak Obama; un hombre que dentro de mi opinión, por medio de un discurso demócrata, llegó a unificar no solo a los ciudadanos americanos, sino a aquellas personas que a causa de factores como el desempleo la falta de educación, entre otros, llegaron con el “sueño americano" en busca de una “mejor calidad de vida”; a pesar de haber superado a George W. Bush, al duplicar el número de deportaciones de inmigrantes con antecedentes criminales.
Hoy en día la cifra de personas que llegaron a Estados Unidos con esa visión de mejorar sus oportunidades, asciende 11,3 millones, números alarmantes y que ponen en duda el futuro después del posicionamiento de Trump como presidente, quien con un discurso nacionalista y xenófobo hablò durante su candidatura de expulsar a todos los inmigrantes para “mejorar” el país solamente para sus ciudadanos.
¿Deportar a los 11,3 millones de indocumentados?
Esta pareciera una tarea difícil para la cual, según un estudio realizado por la American Action Forum (AAF), se necesitarían alrededor de 20 años, un tiempo tan prolongado que Trump no podría verlo culminar por el periodo de su mandato de solo 4 años; además del tiempo, los costos de esta decisión serían realmente altos, pues el proceso de deportación oscila entre 10,070 dòlares por persona, que multiplicados por los 11,3 millones de indocumentados daría un total de 113 mil millones de dólares.
Lo anterior nos muestra el gran reto que trazaría Trump a las fuerzas militares, policiales y fronterizas del país. Pero esa no es la única estrategia del magnate para contrarrestar la inmigración ilegal hacia su país; la construcción de un muro fronterizo entre Estados Unidos y México fue otra de las más sonadas en toda la campaña presidencial, "Build the wall!" repetían sus seguidores en los diferentes discursos. ¿Estarían todos conscientes de lo que significa no solo para ellos sino para el mundo la construcción de dicho muro?, ¿será esa la solución más acertada para frenar la inmigración ilegal y los carteles de la droga de un país a otro?
La misma historia se ha encargado de mostrarnos que cuando estas barreras son creadas, lo único que hacen es acelerar la “creatividad” para buscar nuevas formas de atravesarlas sin importar el costo; además envían un mensaje de división, miedo y guerra, no solo para los países que son separados sino para el resto del mundo.
Creo que estas soluciones planteadas por el nuevo mandatario, no deben ser físicas sino que deben estar basadas la cooperación, en una mayor coordinación y colaboración entre las autoridades, y “tienen que basarse en el uso de tecnología e intercambio de información” como lo plantea el investigador de la Escuela de Estudios Transfronterizos, de la Universidad Estatal de Arizona, Francisco Lara-Valencia.
Es una columna de opinión muy acertada pues habla de una realidad actual y de los problemas que puede traer. Esta basada en datos exactos que le dan fuerza. Tiene una idea clara de lo que piensa y genera interés en el lector.
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